Si alguna vez te has preguntado ¿Por qué las vías del tren tienen piedras? estás a punto de descubrir el papel fundamental que desempeñan. Aquí te presentamos una exploración detallada del motivo detrás de la presencia de estas piedras, también conocidas como «balasto ferroviario».
La línea férrea, conocida también como vía ferroviaria o ferrocarril, representa la sección esencial de la infraestructura ferroviaria que conecta puntos específicos en el territorio.
Esta estructura integral incluye varios componentes, tales como la plataforma de la vía, la superestructura compuesta por carriles y contracarriles, traviesas y material de sujeción.
Además, abarca obras civiles, como puentes, viaductos y túneles, junto con instalaciones eléctricas, sistemas de señalización, dispositivos de seguridad, infraestructura de telecomunicaciones, caminos de servicio y elementos destinados al alumbrado.
La interconexión de estos elementos conforma la red ferroviaria que posibilita la movilidad eficiente entre distintos puntos geográficos.
También te podría interesar: ¿Qué es el virus sincicial respiratorio? Síntomas y tratamiento
La importancia y el por qué de la presencia de que las vías del tren tienen piedras
Las piedras en las vías del tren, conocidas como balasto ferroviario, son un componente esencial del sistema de transporte ferroviario. A lo largo del tiempo, la composición de estas piedras ha evolucionado, pasando de la piedra caliza y granito a materiales más sostenibles como el cemento reciclado.
Estas piedras trituradas cumplen una función crucial al proporcionar una plataforma ferroviaria que sostiene y nivela las vías. La estabilidad resultante es esencial para garantizar la seguridad del sistema ferroviario. Además, el balasto facilita el drenaje del agua de lluvia y los residuos, evitando posibles riesgos en las vías.
Consideraciones para una Estabilidad Óptima
La estabilidad perfecta del balasto se logra cuando las piedras permanecen en su lugar y mantienen bordes afilados. Para trenes de mercancías, se requieren piedras más duras y resistentes.
La elección del tipo de balasto también está influenciada por el clima y las temperaturas de la región, optando por balasto más drenante en áreas propensas a lluvias y nevadas, y piedras especialmente resistentes en rutas afectadas por temperaturas extremas.
El Proceso de Colocación de las Piedras
El balasto actúa como base para las traviesas de ferrocarril, que son estructuras rectangulares colocadas en ángulo recto con respecto a las vías y recubiertas de hormigón pretensado.
El proceso de colocación de las piedras implica la retirada de balasto antiguo mediante un regulador de balasto, seguido del transporte y reciclaje de estas piedras. Antes de colocar el nuevo balasto, se realiza una verificación del subsuelo.
Las piedras se distribuyen uniformemente hasta alcanzar una profundidad de 25 cm, compactándolas luego con una apisonadora y finalizando con la fase de aporcado. Este proceso asegura la estabilidad y seguridad continuas de las vías ferroviarias.