El Complejo Zárate-Brazo Largo se ha convertido en un símbolo de crecimiento en la región y una ruta vital para la comunicación y el desarrollo.
Este proyecto de infraestructura, que conecta la región de la Mesopotamia (compuesta por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones) con el resto del país, fue propuesto por primera vez en 1964 y completado en 1978.
El complejo, que incluye un puente y la infraestructura asociada, fue diseñado para superar los desafíos de integrar una región que históricamente estuvo desconectada debido a barreras geográficas.
El puente, un componente significativo del complejo, es una estructura atirantada con un tramo principal de 330 metros y una longitud total de 1,064 metros.
Tiene dos torres principales, cada una de 110 metros de altura, y una altura de paso de 50 metros, que permite el paso de grandes embarcaciones por debajo.
El puente está sostenido por cables unidos a la parte superior de las torres, proporcionando estabilidad y resistencia contra diversas cargas, incluido el impacto de los barcos.
La construcción del Complejo Zárate-Brazo Largo fue un testimonio de la resiliencia del Estado argentino, ya que superó numerosos desafíos durante su planificación y ejecución. El proyecto se retrasó inicialmente debido a obstáculos burocráticos e intereses conflictivos, reflejando el complejo panorama político de la época.
Sin embargo, el Estado argentino, bajo el liderazgo del Ministro Ferrer, finalmente logró avanzar con el proyecto, demostrando su capacidad para adaptarse y superar desafíos.
El Complejo Zárate-Brazo Largo también destaca la naturaleza dual del Estado argentino, ya que representa tanto la capacidad del Estado para impulsar el desarrollo como su tendencia a socavar las instituciones democráticas.
Historia del puente de Zarata Brazo-Largo
El complejo fue producto del enfoque desarrollista del Estado argentino, que buscaba promover el crecimiento económico y el progreso tecnológico a través de inversiones públicas estratégicas.
Sin embargo, el control militar sobre el Estado y la erosión de las instituciones democráticas durante el proceso de construcción también revelan el lado oscuro del complejo.
En conclusión, el Complejo Zárate-Brazo Largo es un poderoso símbolo de la resiliencia del Estado argentino y su capacidad para impulsar el desarrollo. Sin embargo, también sirve como recordatorio de los desafíos y tensiones que surgen cuando el Estado interviene en asuntos económicos y sociales.
La historia y el diseño del complejo ofrecen valiosas ideas sobre la dinámica de la intervención estatal, la resiliencia y los compromisos entre el desarrollo y las instituciones democráticas.
La altura del Puente Zárate-Brazo Largo es de 122 metros, según la información provista en la primera fuente. Esta altura máxima se refiere a los pilares del puente, que tienen su fundación en el lecho del río y alcanzan una altura de 122 metros.
Construccion del puente de Zarate brazo-largo
La construcción del puente, que incluye la columna central, está ejecutada en hormigón armado y fundada sobre pilotes de 2 metros de diámetro con una longitud máxima de 73 metros.
El Puente Zárate-Brazo Largo es un importante proyecto de infraestructura que conecta la región de la Mesopotamia (compuesta por las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones) con el resto del país.
Cuenta con dos torres principales, cada una de 110 metros de altura, y una altura de paso de 50 metros, permitiendo el paso de grandes embarcaciones por debajo. El puente está sostenido por cables unidos a la parte superior de las torres, proporcionando estabilidad y resistencia contra diversas cargas, incluido el impacto de los barcos.
El proyecto se retrasó inicialmente debido a obstáculos burocráticos e intereses conflictivos, reflejando el complejo panorama político de la época. Sin embargo, el Estado argentino, bajo el liderazgo del Ministro Ferrer, finalmente logró avanzar con el proyecto, demostrando su capacidad para adaptarse y superar desafíos.
El puente forma parte del Complejo Zárate-Brazo Largo, que incluye infraestructura asociada y se completó en 1978. El diseño y la construcción del puente destacan la naturaleza dual del Estado argentino, ya que representa tanto la capacidad del Estado para impulsar el desarrollo como su tendencia a socavar las instituciones democráticas.