El Anciano Sabio de la Casa de la Gran Hermano: un Participante de Avanzada Edad en la Historia de Televisión
En el universo televisivo de Telefe, se encuentra un personaje singular que ha marcado un hito en la historia de la pantalla chica.
Santiago del Moro, conductor emblemático, ha dado vida y relevancia a un espacio habitado por jóvenes en busca de la gloria del premio mayor. Entre los aspectos más notables de este programa, sobresale la presencia cotidiana de un individuo especial en las gradas.
Resulta que, a menudo, del Moro disfruta interactuar con la audiencia, y al inicio de cada emisión, se puede divisar a un personaje conocido como
El Anciano Sabio. Así lo bautizó Santi a un caballero de 92 años llamado José María Bordone Caba. Este caballero entabló amistad con el presentador durante su participación en el programa «Quién desea ser millonario» en 2019 y desde entonces se ha mantenido cerca de las cámaras.
Su condición de concursante de mayor edad ha dejado una huella imborrable en su existencia. Junto a su compañera Blanquita, a quien conoció en un baile de tango en el Centro Asturiano, se volvieron famosos por su historia de amor, aunque lamentablemente ella falleció en 2020.
La Asombrosa Figura de El Anciano Sabio en Gran Hermano
«Con Blanca hemos compartido 56 años de matrimonio y cuatro de noviazgo. La clave está en tolerarnos mutuamente día tras día», expresó José en aquel entonces.
Esta pareja excepcional fue invitada a diversos programas, como el segmento conducido por Lozano. «Él posee una extensa colección de libros, tres bibliotecas repletas de ejemplares, y estos se encuentran dispersos por toda la casa.
Justo para su cumpleaños, le obsequiaron cuatro libros», relató Blanca hace algunos años, mostrando su profundo amor por él. Con más de cinco décadas de matrimonio, muchos se preguntaron cuál era su secreto.Aunque el amor fue el cimiento de su relación.
El Anciano Sabio resaltó que la paciencia fue la virtud más relevante: «Me levanto temprano, pero apenas tengo tiempo para leer. Si no tengo una tarea, debo ocuparme de otra; si no tengo una cita médica, tengo otra. Además, tengo una hermana en una residencia de ancianos a quien dedico parte de mi tiempo y esfuerzo»