La leche condensada es un ingrediente muy utilizado en la preparación de postres, tortas, alfajores y helados.
Hacerla en casa no solo te permite ahorrar dinero, sino también asegurarte de que no tenga conservantes ni ingredientes desconocidos.

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Hoy te comparto una receta casera muy simple, que solo lleva tres ingredientes fáciles de conseguir y queda lista en muy pocos minutos.
Es una alternativa práctica, económica y deliciosa que podés preparar siempre que la necesites.
Ingredientes
- 1 taza de leche en polvo entera
- 8 cucharadas de azúcar
- ½ taza de agua caliente (no hirviendo)
Preparación
- Primero, calentá el agua sin dejar que hierva, debe estar bien caliente pero no en punto de ebullición.
- Poné el agua caliente en el vaso de la licuadora y agregá el azúcar. Licuá durante un minuto hasta que el azúcar se disuelva bien.
- Luego, agregá la leche en polvo lentamente. Es importante que vayas incorporándola poco a poco para evitar que se formen grumos, siempre con la licuadora en funcionamiento.
- Continuá licuando hasta que la mezcla adquiera una consistencia homogénea, cremosa y suave. En caso de notar que está muy espesa, podés agregar un poquito más de agua caliente.
- Una vez alcanzada la textura ideal, volcá la leche condensada en un frasco limpio y hermético.
- Dejá enfriar unos minutos a temperatura ambiente antes de llevarla a la heladera. Al enfriarse, la leche condensada tomará una consistencia aún más cremosa y deliciosa, lista para usar.
Consejos:
- Si preferís un sabor más intenso, podés añadirle una cucharadita de esencia de vainilla durante el licuado.
- Es importante conservarla en frasco de vidrio limpio y bien cerrado. Guardala en la heladera, así durará hasta una semana sin problemas.
- Asegurate de usar leche en polvo entera y no descremada, ya que la grasa aporta cremosidad y sabor a la leche condensada.
- Si no tenés licuadora, podés batir la mezcla con una batidora de mano; solo asegurate de que no queden grumos.
- Esta leche condensada casera es perfecta para acompañar tostadas, pancakes o para utilizar en flanes, budines o cualquier otra receta dulce que te guste.
Ahora que conocés esta receta casera, ya no tendrás que comprar más leche condensada en lata.
Además de ahorrar, disfrutarás de una versión mucho más saludable y deliciosa.