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La leyenda quichua del Algarrobo

El algarrobo es un árbol que se encuentra en todo el territorio nacional y se encuentra desde que se ha creado el universo y en este artículo te vamos a contar acerca de la leyenda quichua del Algarrobo

En este artículo te vamos a contar todos los acontecimientos acerca de la leyenda quichua del algarrobo y su vínculo con la Pachamama
En este artículo te vamos a contar todos los acontecimientos acerca de la leyenda quichua del algarrobo y su vínculo con la Pachamama

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La leyenda quichua del Algarrobo

Todo comenzó durante el imperio incaico donde los pueblos quichuas veneraban a Viracocha, quien era la máxima deidad del imperio y al mismo tiempo veneraban a Inti, a las estrellas y al trueno.

También en aquella época le brindaban sus honras y solicitaban su gracia a la Pachamama, ya que si tenías fé en ella ibas a tener abundancia en la cosecha, el éxito de alguna empresa, la caza favorable, la cura de enfermedades o a lo mejor para cualquier otra situación que les pueda generar algún malestar y precisen sanarlo.

Se han levantado varios altares y tótems a la vera en casi todos los caminos del reino en honor a la Pachamama. Estos bloques de roca han sido bautizados bajo el nombre de apachetas y su estructura ha sido un montículo de piedras.

En aquel momento los indígenas que querían rezarle a la Madre Tierra o encomendarse en ella se paraban en frente del montículo de piedras a rezar.

Un dato que no es menor es que para pedirle protección no era gratuito, ya que había que abonar un pago de un tributo que por lo general consistía en hojas de coca pero se podía reemplazar por cualquier alimento valorado por la comunidad y este pago aseguraba el cumplimiento de la petición.

El día donde la tribu comenzó a desperdiciar la comida

La tribu quichua jamás ha desatendido sus tradiciones y obligaciones impuestas por sus dioses ya que su creencia consistía en que para tener un normal desarrollo en sus vidas dependían de las observaciones de sus dioses.

Un día la tierra dio frutos de manera extraordinaria donde comenzó a abundar el maíz y los vegetales por todas partes, las cosechas eran abundantes y ante este brote de bendiciones los quichuas quienes eran conocidos por ser un pueblo trabajador fueron dejándose embriagar por el ocio y se han comenzado a olvidar con sus obligaciones con los dioses y el trabajo.

De esta manera la tribu quichua comenzó a caer en el vicio, la holgazanería y la desfachatez desperdiciando el alimento porque no lo valoraban al ser tan fácil de conseguir y al mismo tiempo el pueblo bebía sin límites.

La tribu se entregó al disfrute, bebiendo durante días y comiendo en exceso, donde nadie pensó que se iban a acabar. Cuando comenzó la época de la cosecha nadie se dio cuenta y continuaron con la fiesta.

El fuerte castigo de Inti hacia la tribu

Inti (El sol) al ver el comportamiento y la falta de agradecimiento del pueblo tomó la decisión de castigarlos y potenció sus rayos para secar los ríos y lagunas, algos y vertientes y al mismo tiempo generó una falta de humedad para que la tierra se endurezca y no hayan nuevos frutos, pero como en las tiendas quedaban alimentos a nadie le importó.

Hasta que finalmente llegó el día en donde los alimentos comenzaron a escasear y tenían que administrarlos cuidadosamente donde comenzó a aparecer el hambre, la pena y la miseria.

Los quichuas volvieron de manera inmediata al campo pero Inti aún seguía castigándolos teniendo la tierra dura donde no se podía cosechar y los animales al no tener frutos y vegetales morían y se había convertido en un desierto inerte.

Los más pequeños injustamente también fueron castigados por la falta de responsabilidad de los padres y tenían hambre, se encontraban flacos y sucios y quienes se encontraban enfermos o no soportaban el hambre y agua morían silenciosamente.

El día en el que todo volvió a la normalidad

El sol era tan fuerte que sus rayos parecían látigos golpeando sobre los cuerpos de los aborígenes, hasta que un día el pueblo escucho un grito más desgarrador que los gritos que solían escucharse diariamente.

De una casa de piedras salió corriendo Urpila, quien era una mujer que se encontraba consumida en la culpa y corrió a la apacheta más cercana a suplicarle a la Pachamama perdón por todas sus faltas, por los agravios y a pedirle que por favor salve a sus hijos que se estaban muriendo de hambre y sed, dejándole unas pocas hojas de coca que había podido conseguir con mucho esfuerzo.

«Pachamama, Madre Tierra, Kusiyá…. Kusiyá» suplicó.

Prometió reparar su mala conducta y sacrificar lo que sea para salvar la vida de sus hijos hasta que se quedó sin energía y se sentó sobre el suelo apoyándose en un árbol seco y se entregó al cansancio.

La Madre Tierra vio que su arrepentimiento era muy sincero y se le apareció en los sueños:

» Ya no temas hija, la penitencia ha terminado pues en tu arrepentimiento veo los frutos de la medida. Ahora el pueblo deberá volver a sus labores y quehaceres, preparar la tierra para que la vida renazca y la belleza y los frutos vuelvan a invadirla. Al despertar busca las vainas que ha de darte este árbol y dáselas de comer a tus hijos y a los hijos de otras maneras, con ellas saciarían su hambre» fueron las palabras de la Pachamama a Urpila.

El árbol algarrobo había dado los frutos enviados por la Pachamama

Al despertar Urpila encontró que no había nada nuevo y comenzó a sentirse triste, pero de manera inmediata recordó las palabras de la Pachamama y volteó para mirar al árbol y vio colgadas doradas vainas que le daban una esperanza de vida para sus hijos y para toda la comunidad.

De esta manera se puso de pie y recolectó todos los frutos disponibles hasta que entre sus brazos no tenía más lugar y se rigió hasta el pueblo a toda prisa, y al llegar informó al resto de la milagrosa planta y los mandó a buscar sus frutos. Mientras todos fueron corriendo en dirección al árbol, ella alimentó a sus pequeños con el tesoro que la Pachamama le había concedido.

Desde aquel día el pueblo volvió a revivir y se recuerda a aquel árbol sagrado que los salvó de la muerte y que tiene capacidad para brindar pan y bebida. Se trata del árbol del algarrobo que además de esta leyenda, en tiempos donde abunda la sequía tiene la posibilidad de alimentar a los animales.

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