El presidente Javier Milei sorprendió al país al vetar por completo la mejora en las jubilaciones aprobada recientemente por el Congreso, que incluía un aumento del 8,1% para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
La decisión, que generó una fuerte reacción, demuestra la postura inflexible del gobierno frente a las políticas fiscales.
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El proyecto de ley que proponía mejorar la fórmula de movilidad previsional fue aprobado por el Congreso, lo que generó expectativas entre los jubilados que esperaban una compensación por la erosión de sus ingresos debido a la inflación.
Sin embargo, Milei, fiel a su estilo directo y provocador, no dudó en anunciar que vetaría la iniciativa apenas fue sancionada.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) August 23, 2024
Desde la Casa Rosada, se emitió un comunicado en el que el gobierno dejó clara su posición: «Este gobierno no tiene miedo de pagar los costos».
Esta declaración reafirma el compromiso de la administración Milei con el superávit fiscal, una de las banderas de su gestión.
El propio presidente utilizó su cuenta en la red social X (antes Twitter) para expresarse: “No nos van a voltear el superávit fiscal… ¡Viva la libertad, carajo!”, dejando en claro que no cederá a presiones que puedan comprometer el equilibrio de las cuentas públicas.
El veto de Milei se anunció en un contexto de celebración para su equipo. Minutos antes de la medianoche, el presidente, acompañado por sus asesores y miembros del partido La Libertad Avanza, se reunió en la Quinta de Olivos, donde todos publicaron una foto grupal para conmemorar la decisión.
Las publicaciones estuvieron acompañadas de mensajes en contra de lo que ellos denominan “la casta”, reafirmando su lucha contra lo que consideran prácticas políticas tradicionales y perjudiciales para la economía del país.
El veto no solo pone un freno a la suba del 8,1% en las jubilaciones, sino que también rechaza otras mejoras contempladas en la ley, como la garantía de que el haber mínimo esté alineado con la canasta básica total de un adulto mayor.
Además, se mantendría la actualización mensual basada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), con un aumento adicional anual en marzo si la economía crece, evitando que las jubilaciones queden limitadas solo por la inflación.
¿Qué sigue ahora?
El Congreso tiene la opción de aceptar el veto presidencial y no insistir con la ley o bien podría intentar revocar el veto.
Para esto último, necesitaría una mayoría especial de dos tercios en ambas cámaras, un desafío considerable en un contexto político fragmentado.
Sin embargo, el escenario no es imposible, especialmente considerando la reciente «semana negra» de Milei en el Parlamento.
El proyecto había sido aprobado por el Senado con 61 votos a favor, 8 en contra y ninguna abstención, gracias al apoyo de la bancada del PRO, liderada por el expresidente Mauricio Macri, quien compartió una cena con Milei en la Quinta de Olivos tras el rechazo del DNU sobre los fondos de la SIDE.
A pesar de esta reunión, el PRO decidió apoyar la ley en el Senado, lo que agrega una capa de complejidad a la situación política actual.
La batalla por la fórmula previsional está lejos de terminar. La decisión de Milei ha dejado en evidencia su determinación de mantener el control fiscal, aunque eso implique tomar decisiones impopulares.
Mientras tanto, los jubilados y el resto del país esperan con incertidumbre los próximos movimientos en el tablero político.