Muriel Mercedes Wabney fue una destacada modelo que desfiló con las colecciones de Harrod’s. En conmemoración al Día Internacional de la Enfermería, se destaca la historia de la figura que trascendió en los hospitales alrededor del globo. Se revela cómo los creativos argentinos hallaron su inspiración. Silencio por favor: la historia de la imagen que llegó a los hospitales del mundo
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Silencio por favor: la historia de la imagen que llegó a los hospitales del mundo
Su figura es prominente en las áreas de espera de todos los establecimientos de salud en Argentina. Se trata de una imagen clásica en blanco y negro, en primer plano. Con su dedo índice sobre los labios, realiza el gesto de «shhh», simbolizando el silencio propio de un entorno hospitalario.
La intención es transmitir una instrucción, pero de manera no imperativa. Su propósito siempre se cumple. En las antesalas de los quirófanos o unidades de cuidados intensivos. Prevalece un ambiente de calma, a pesar de que las esperas pueden volverse tensas o emocionantes, especialmente en el caso de las salas de parto.
Su imagen es reconocida por todos, aunque su nombre es prácticamente desconocido, al igual que su historia. Sus ojos vivaces en primer plano han acompañado a millones de personas.
En los momentos de felicidad por un nacimiento, en la tensión de una sala de operaciones y en el doloroso trance del final de una vida. Ella fue, universalmente, «La enfermera del cuadro». Esta pintura ha adornado durante décadas los pasillos de hospitales, clínicas y salas de parto.
Hoy, 12 de mayo, Infobae narra su historia en conmemoración al Día Internacional de la Enfermería. Esta fecha rinde homenaje a la figura más emblemática de la enfermería: Florence Nightingale.
Nacida en el Gran Ducado de Toscana un día como hoy en 1820, Nightingale fue una figura destacada no solo como enfermera, sino también como escritora, epidemióloga, estadística sanitaria y pionera de la enfermería moderna.
Pionera de la enfermería La historia de la imagen que llegó a los hospitales
Fue la primera mujer aceptada en la prestigiosa Royal Statistical Society británica, y su influencia inspiró a Henri Dunant a establecer la Cruz Roja. Sin embargo, su renombre no lo forjó mediante la escritura y la pluma: sumergió sus manos y su espíritu en las terribles heridas de los soldados durante la guerra de Crimea.
Conocida como «La dama de la lámpara», debido a su hábito insomne de realizar rondas nocturnas iluminadas por una luz. En 1883, la Reina Victoria la distinguió con la Real Cruz Roja. Y en 1908, recibió las Llaves de la Ciudad de Londres.
La enfermera del cuadro, que simboliza el silencio y se ha convertido en un ícono, evoca a esa pionera.
Pero, ¿Quién es la mujer representada en el cuadro?
Aquí la primera noticia: al igual que Favaloro, Maradona, Messi, el dulce de leche, Gardel, el Papa… ella es argentina, a pesar de que su apellido pueda sugerir lo contrario.
Su nombre es Muriel Mercedes Wabney. En su pasado, fue modelo. En 1947, firmó un contrato de exclusividad para exhibir las colecciones de la famosa tienda Harrod’s, la cual era considerada la equivalente de la calle Florida en Buenos Aires para la célebre cadena inglesa.
Pero eso no fue todo: también desfiló para Ducilo, una empresa de telas y una marca reconocida, así como para el diseñador Jean Cartier en su programa «El arte de la elegancia» en Canal 7, a finales de los años 50.
Además, en un desfile, lució los mismos vestidos que usó Linda Darnell en la película «Por siempre ámbar» de Twenty Century Fox en 1947, dirigida por Otto Preminger.
Juan Craichik La historia de la imagen que llegó a los hospitales
Conforme al único relato rastreable sobre el origen del cuadro, que fue dado a conocer por la revista Paralelo 38. Hoy ya extinta, en los años 70, la idea provino de un individuo llamado Juan Craichik.
Quien fungía como jefe de representantes médicos en la empresa Taranto. Especializada en la fabricación de instrumentos y equipamiento para laboratorios.
En una entrevista concedida a Paralelo 38, este hombre reveló que la inspiración le llegó en 1953 mientras realizaba una visita de trabajo a un hospital en Rosario, provincia de Santa Fe. «La sala estaba abarrotada, y de vez en cuando una enfermera solicitaba, sin éxito, silencio. Fue entonces cuando se me ocurrió crear una imagen elocuente que cumpliera la misma función».
Tras presentar el proyecto en su empresa, este fue aprobado. Luego se convocó a varios modelos profesionales, resultando ganadora Muriel Mercedes Wabney.
¿Qué aspectos se tuvieron en cuenta al elegirla como protagonista?
Craichik explicó: «Su rostro era diferente, suave, armonioso, con una mirada dulce… pero autoritariamente dulce».
La sesión de fotografía se extendió a lo largo de una tarde entera. El ideólogo detrás de la iniciativa afirmó que la empresa Taranto no obtuvo beneficios económicos por la distribución global de esa imagen: «Fue donada a hospitales, maternidades, clínicas, y demás».
En cuanto a Wabney, raramente accedía a hablar en público. Declaró estar casada, sin hijos, y se negó a revelar el monto que le pagaron por la fotografía y su reproducción infinita. Casi tan enigmática como su rostro anónimo imponiendo silencio.
Y aunque nadie lo hubiera imaginado nunca. Cada vez que alguien obedece la petición de silencio de Muriel Mercedes Wabney desde su cuadro, también evoca el espíritu indomable de Florence Nightingale.
Pues, de su propia manera, ambas extienden sus alas sobre las risas o las lágrimas humanas.