A partir de 1823, la provincia de Buenos Aires inició gestiones para convocar a un Congreso con el objetivo principal de redactar una Constitución. Y tener el primer presidente en Argentina. La historia no contada de nuestro primer presidente: Bernardino Rivadavia
Este esfuerzo también buscaba obtener respaldo para abordar la cuestión de la Banda Oriental, que había sido anexada por Brasil con el nombre de Provincia Cisplatina.
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El Congreso y las iniciativas de Bernardino Rivadavia
En diciembre de 1824, representantes de todas las provincias de la época, incluyendo a la Banda Oriental, Misiones y Tarija, comenzaron a sesionar en Buenos Aires, bajo el gobierno de Las Heras. El Congreso adoptó diversas medidas, como la Ley Fundamental, la Ley de Presidencia, y la Ley de Capital del Estado.
La Ley Fundamental, promulgada en 1825, otorgaba a las provincias la facultad de regirse temporalmente por sus propias instituciones hasta que se promulgara la Constitución, la cual sería sometida a su consideración y no entraría en vigencia hasta su aceptación.
Grietas en el proyecto y la creación del cargo presidencial
El 6 de febrero de 1826, surgen las primeras tensiones con la creación del cargo de Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Los defensores del proyecto intentaron aprovechar la situación de guerra con Brasil para convertir en permanente el cargo provisorio en manos del gobierno de Buenos Aires. Bernardino Rivadavia fue elegido para este puesto, generando malestar entre las provincias al representar la tendencia unitaria.
Trayectoria y controversias
Nacido el 29 de mayo de 1780 en Buenos Aires, Bernardino Rivadavia desplegó su carrera desde temprana edad. Participó en la defensa durante las invasiones inglesas y, en 1811, fue nombrado Secretario de Gobierno y Guerra en el primer Triunvirato. Su influencia se consolidó con la sanción del Estatuto en 1811, disolviendo la Junta Grande.
Rivadavia desempeñó un papel clave en el gobierno de Martín Rodríguez, impulsando reformas religiosas, administrativas y militares. Además, gestionó la primera deuda externa y promovió la Ley de Enfiteusis.
Desafíos y declive de Rivadavia
A pesar de su exitosa gestión, Rivadavia enfrentó desafíos al asumir como Presidente. La Ley de Capital del Estado y otros proyectos debilitaron su apoyo en Buenos Aires, y la ciudad quedó bajo la autoridad nacional, contradiciendo la Ley Fundamental de 1825.
En diciembre de 1826, se aprobó una Constitución que generó rechazo entre caudillos y pueblos, marcando el fracaso del intento de organización del país. Rivadavia renunció en junio de 1827, reconociendo la ilusión de cambiar la naturaleza de las cosas.
Exilio y últimos días
Rivadavia se retiró de la vida pública y, en 1829, partió hacia Francia. Regresó brevemente a Buenos Aires en 1834, pero el gobierno de Viamonte le impidió desembarcar.
Se exilió en Colonia y Brasil, donde su esposa falleció en 1841. Rivadavia murió en Cádiz el 2 de septiembre de 1845, con el deseo de que su cuerpo nunca regresara a Buenos Aires. Aunque sus restos fueron repatriados en 1857, descansan desde 1932 en un mausoleo en Plaza Miserere.