Empecemos diciendo que el matrimonio de Victoria Ocampo con Luis Estrada no fue por decisión propia, sino que fue arreglado por su padre y aceptado por la familia del novio, y viceversa. Victoria era rebelde para su época pero respetaba a su padre y él la adoraba. Victoria y Julián una historia de amor

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Victoria y Julián una historia de amor
En 1913, Victoria y Luis estaban en Roma disfrutando de una extensa luna de miel en Europa. Cuando se encuentran con un primo de Luis, Julián Martinez, quien tenía fama de libertino y mujeriego.
Cuando se lo presentan a Victoria hay química inmediata. Ella diría “El me echó una mirada burlona y tierna… Miré esa mirada y esa mirada miraba mi boca, como si mi boca fuesen mis ojos. Mi boca presa en esa mirada se puso a temblar. Duró un siglo, un segundo”.
Al año siguiente, el matrimonio de Luis y Victoria ya estaba terminado. Vivían juntos pero no compartían nada, ella en un piso, él en otro.
Guardaban las apariencias porque Victoria no quería darle un disgusto a su padre, Manuel Ocampo, ya muy enfermo. En paralelo Victoria y Julián se llamaban por teléfono secretamente y para verse ella le pedía a su chofer que la lleve hasta la tienda Gath & Chaves.
Para entrar por una puerta y salir por otra y así poder estar con su amado. Manuel Ocampo muere en 1920 y entonces sí ella pide la separación. Los amantes deciden vivir juntos y abiertamente sin importarles el escándalo. Sin embargo, al poco tiempo, la relación termina enfriándose y quedan amigos para siempre.
Victoria Ocampo y Luis Estrada fueron dos figuras destacadas en el mundo intelectual argentino, cuya dedicación a la literatura y la cultura dejó una marca indeleble en la sociedad argentina y más allá. Su trabajo y legado continúan siendo celebrados y estudiados en la actualidad, como testimonio de su profundo impacto en la historia cultural de Argentina.